Por un instante quisiera
mirarme desde tus ojos,
saber si la distancia que nos separa
está marcada de primaveras, o si
tu mirar tiembla por el color de mi pelo.
Si yo pudiera
haberme parado al nacer
para
sentarme después en el pupitre
donde dibujabas corazones.
¿Se escuchará allí el canto del gallo?
En el remanso del agua
de la ribera,
el pez sabihondo abre su boca
¡si yo pudiera! —repito.
Por tu iris veo reflejo azulmarino,
dardos de amor intempore
que no sé cómo puedes esquivarlos
¿con el archivador azeta,
o tal vez con el giro modular de tu garganta?
Conquisté
la tierra prometida,
en el pilón de agua bendita,
confundiendo la generación,
pisamos la misma playa
desde naos
diferentes

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