Decamerón
Edición de María
Hernández Esteban
Un buen empacho
de cuentos que me ha llevado bastante tiempo digerir, y gracias a que han
estado de por medio las vacaciones de invierno. Como en toda obra clásica que
se precie, ésta está llena de anotaciones que sería imposible leer, salvo que
estuviésemos desarrollando una tesis doctoral.
Como no es el caso, me limitaré
a plasmar mi impresión de una obra que tuve que leer en su día, pero no lo
hice. Asombra desde luego la capacidad
del autor para relatarnos cien cuentos y que lleguemos hasta el último sin
aburrirnos. Se producen muchas repeticiones de escenas porque además todo gira
en torno a situaciones similares donde los engaños amorosos están a la orden
del día y el ingenio de los personajes parece no tener límites.
Es curioso lo que
se puede obtener a consecuencia de una epidemia de peste, y como resultan de
extrañas determinadas épocas que nos ha precedido: los jóvenes en lugar de
remangarse y colaborar en labores propias de las grandes desgracias, se quitan
de en medio, se retiran a una finca donde se lo ponen todo por delante y ¡hala!
A contar historias, lo más divertidas posibles para pasar el tiempo.
Cualquier
otro marco hubiese servido para el mismo fin, no entiendo que tuviese que ser
éste, pero en fin ya no es posible preguntarle al autor por el motivo de tal
elección. “Búsqueda de un orden que poner al caos de la ciudad” nos dice la
editora, o “un viaje de regeneración”, de cualquier manera parece mucho lujo
para mitigar la tragedia de la peste.
Qué interesante opinión José, gracias por compartirlo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria, por tu visita y dejar tu mensaje. Un abrazo
EliminarNo los he leído pero has despertado mi interés.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Conchi, por la visita. Ya sabes, a leer. Un abrazo
Eliminar