martes, 24 de noviembre de 2009

Martes de Premio


132 Gon, ya he visto Ágora, ¿y qué te ha parecido?, si quieres que te diga la verdad no me ha convencido del todo, me esperaba más, eso suele ocurrir cuando se crean muchas expectativas sobre una película, la historia es interesante, pero los supuestos efectos especiales de las grandes superproducciones, que quieres que te diga Gon, no me han sorprendido ni me ha hecho estremecer, otra vez será Alba, a mí por el contrario me causó una buenísima impresión “Amanece que no es poco”, que la vi en la tele, ¡qué bien me lo pasé!, pero eso no es ningún estreno, para mí si Alba, es que no la había visto, es que no tiene nada que ver una cosa con la otra, son películas ¿no?, vamos a dejarlo Gon que estamos desvariando, te voy a llevar ahora a la poesía, ¡vaya cambio!, tengo dos cosas que decirte al respecto, por una parte, hablarte de Neruda del que he terminado de leer “Navegaciones y regresos”, ¿y qué?, ¿cómo que y qué?, que qué te ha parecido, pues que es un libro más donde el poeta le canta a todo lo que se mueve y no se mueve, ¿y se entiende?, ¡claro Gon! A Neruda se le entiende todo, tanto es así que tuvo sus más y sus menos con Juan Ramón Jiménez por esas ligerezas, a mí este libro me ha encantado, hay que meterse en su ritmo, en sus odas, en su forma de componer en definitiva, pero una vez que lo consigues, es para disfrutarlo, si tú lo dices, lo digo y te lo recomiendo Gon, no sé ¿y lo segundo?, lo segundo es preguntarte qué te pareció la lectura que nos hizo Onofre la semana pasada, ¡una maravilla!, y que bien ese Premio que ha conseguido en Alicante, para eso tiene una mano divina, unos versos exquisitos diría yo Alba, hasta me emocionan a mí, que ya sabes…si, sí ya sé, no es tu fuerte, por cierto tenemos que llamarlo a ver cómo le ha ido en la recogida del premio, lo llamaremos Alba, hay que cuidar las buenas amistades, me voy, adiós Gon hasta más tarde.


1 comentario:

  1. Los poetas más comprensibles tienen muchos detractores por lectores exigentes y colegas excelsos. Pero no creas: en la prosa ocurre lo mismo.
    Un abrazo.

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¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?