jueves, 6 de septiembre de 2018

El verano



El verano que se nos va, ha dejado huellas en mi cotidiano desenvolvimiento, de las que son imborrables. Fue Sanlúcar de Barrameda quien me acogió con sus brazos abiertos al océano Atlántico, con Doñana siempre presente. 


En medio, Ayamonte, de arenas finas y con la raya a dos pasos.


Al poco llegó Paymogo, con ese aire de bondadoso julio y paredes recién encaladas.


El Rincón de la Victoria resultó eso, un rincón más que agradable donde degustar  las horas de amistad que el trascurso de los años me sirve en bandeja. Con el Caminito del Rey como gran recuerdo para los sentidos.





 
La gran aventura estuvo en el Norte, en el Camino francés que lleva a Santiago ¡y qué aventura!

 
Y por Cantillana tiramos los últimos cohetes, eso si, con el agua siempre presente, y que nos falte.

1 comentario:

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?