51 Gon está que no cabe en la camisa por el comentario que le ha hecho Aires de crisol a propósito de la Semana Santa, así que en los últimos días se ha puesto a contarme no sé cuantas cosas sobre el último libro que ha leído y la última película que ha visto, me crea una duda existencial esa forma de narrar en primera persona y matarte a ti mismo, ¡explícate Gon, que no te entiendo!, ¡si! En alguna tertulia hemos discutido sobre el hecho de que un personaje que cuenta su vida ¿cómo va a contar su propia muerte?, haría falta un yo-testigo, o un narrador omnisciente, ¿y dónde dices que ocurre eso?, en “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery, tú puedes estar contándole a alguien tu día a día, puedes recordarlo y grabarlo de alguna u otra manera, puedes escribirlo, pero si no haces nada de eso y de repente la cascas ¿cómo trasciende?, pues si que me pones en un aprieto Gon, tú ya sabes que so soy más del poema, pero en fin, dentro de eso, recuerdo una película de hace bastantes años “Johnny cogió su fusil” donde el protagonista no podía hablar, pero nos transmitía sus pensamientos hasta que dejó de existir, si, pero lo hacía a través de una voz en off, había un narrador que iba contando las cosas, pero es que si eres tú quien narra, pero ¿se entiende el libro, está claro lo que cuenta?, ¡clarísimo Alba!, pues entonces ya está, para que complicarse más la vida, ¡joé cuando te pones así es que no hay manera!, al curro, Gon ¡ah! Y recuerdos de Delfos, que dice en una misiva que nos ha mandado, que ya nos está conociendo, alegría que me das Alba, pues déjame que ando cuadrando una métrica que me trae a mal traer y ¿no te enfades! Que estamos a principios de semana.
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