Porque es preciso mantener
la llama,
ha de vencerse su fiereza.
Devoran
cuanto encuentran a su paso.
Caen
incesante las hojas
y clavan dentelladas mortales
mientas sonreímos indefensos.
Los besos duermen
el letargo de la enorme
velocidad de partida.
Amarillea
el candil y un día
nos damos cuenta
que los versos son sólo líneas,
frases.
El cúmulo de horas
nos estrangula las venas;
recuperar las caricias
se convierte en cruzada
contra el fiel deslizamiento
de las arenas del
reloj.
Si se agotara la llama
¿qué sería de nuestros antepasados?
De aquellos
que ocuparan versos de amor
eterno
en la primera fila
de la lista de los principales.
Aunque no haya ojos que reflejen
y los vellos no se ericen
al contacto de la piel,
saludemos
la presencia del fuego interno
que surge semiesporádico
para evitar víctimas
por congelación.
El locutor de radio acababa de informar de un ataque contra Somalia. Otra vez EEUU. Una multitudinaria manifestación recorre las calles den centro reclamando mejoras salariales mientras Zapato Veloz nos sigue recordando que posee un tractor amarillo. A uno le viene a la memoria aquel otro señor que tenía un tanque rosa. Y los del Vacie—aquí cerquita—no disponen más que de ratas y las tapias del cementerio por si algún día surgiera un artista de estos que utilizan las paredes a modo de lienzos gigantescos.
¿Si se agotara la llama qué sería de...?, me evoca muchas respuestas, gracias por tus versos y por estar,
ResponderEliminarun abrazo, LILIA
Sí señor,hay que mantener la llama. En todos los momentos todos.
ResponderEliminarEl sábado y el domingo estaré en Sevilla.
Besitos a Nerea.
Y a ustedes.
...trote
ResponderEliminarmanso
del
alma
hecha
de
pasion
con
tus
letras
al
emerger
venidas
flores
del
arbol
que
tu
corazon
nos da
hecho
mar
al sentir
arruillo
vertise
en
afluente
de versos...
desde mis --horas rotas--- te digo arruillo
felicito por tu blog que acaricia el alma y
te doy un fuerte abrazo desde la mia:
afectuosamente, jose
ramon...
03/01/2010 at 13:30
ResponderEliminarMuy bello poema. Supongo que la llama, el fuego que no debe apagarse, simboliza el arrojo y la necesidad de seguir luchando por nuestras causas. También me ha gustado la referencia a Somalia, uno de los países árabes que pasa más desapercibido en los medios de comunicación.
Saludos.