miércoles, 4 de noviembre de 2009

¡Cómo está el patio!


124 Ayer nos comentaba India la dificultad de buscarse la vida con lo que se escribe, ¿tú cómo lo ves Gon?, que tiene razón, lo que pasa es que llega un momento en que te puede dar igual, que disfrutas con lo que haces y punto, ¿es tu caso?, no es lo mismo Alba, no me seas de tu pueblo: aquí hay un trabajo en equipo, se sigue unas líneas, hay una dirección, entiendo, y ella se refiere a la situación del escritor que se enfrenta por si solo al folio en blanco y ahí te quiero ver …¡no lo digas!, ya sabes que me irrita, al final siempre habrá alguien, Gon, que se tiene que ver en la situación que tu planteas, trabaje para él mismo o lo haga por encargo, lo importante es encontrarse a gusto con lo que se hace, ¡Que cosas tienes Alba! Es que si no está a gusto, apaga y …¿otra vez?, es que no puedes enlazar dos frases sin recurrir al dicho, ¡joé como está hoy el patio! ¿quieres que hablemos de Kashtanka?, ¿Y ese quién es?, ¡Te pillé! Es el título de la lectura que teníamos que sabernos al dedillo para poder estar a la altura de las circunstancias del día de hoy, ¿y que día es hoy?, miércoles, ¡Ah ya te refieres a Chejov!, claro que me refiero a Chejov y por lo que veo aún no has mirado ni siquiera el título, porque me he tenido que leer “El oficio de narrar” de Marina Mayoral, que por cierto también era tarea para el miércoles, listo que eres muy listo, y que yo ya tengo preparado porque para eso he aprovechado el puente en lugar de estar tostándome en la playa, ¿quién te ha dicho a ti que yo no he…?, ¡¡pero que son esas voces!!, ¡coño D. José!, que nos ha cogido, yo me voy a mi mesa y ahí te quedas, pies para que os quiero, ¡Gon el lenguaje!, Cuida el lenguaje.

2 comentarios:

  1. Bueno, el síndrome del folio en blanco es terrible. El tema es no estar demasiado tiempo sumergido en él... aunque de vez en cuando cae, y cuando cae, cae todo lo demás.

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Aquí llega el raro: adoro, extraño la hoja en blanco. Tengo tantas cosas que contar, que escribir, que necesito hojas y más hojas en blanco. Lo que me falta es el tiempo para llenarlas y emborronarlas. Ah, el tiempo...

    ResponderEliminar

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?