miércoles, 27 de mayo de 2015

Limones y mandarinas




 Esta semana he tenido ocasión de visionar la película Mandarinas de Zaza Urushadze. El asunto va del conflicto armado entre Chechenia y Georgia y se desarrolla toda ella en un mismo escenario, que no es otro que una plantación de naranjos. Tratada con una delicadeza exquisita, no deja de mostrar todo el horror de la guerra, puesto que cuando nos encontramos con un caso particular de cualquier conflicto es cuando se nos encienden las lucecitas de alarma, que todos tenemos, pero que así visto a lo grande y en la distancia es que como si no las tuviésemos. Por eso hay que verla. Por eso y por la gran interpretación de Lembit Ulfsak, en el papel de Ivo, que desde la sabiduría que da su barba blanca, lleva con toda entereza la locura de los acontecimientos.

 

Esta película me ha llevado a recordar a aquella otra: Los limoneros de Eran Riklis que vi hace algún tiempo y que también me dejó la huella de los Films de categoría. En aquella ocasión era una mujer, Hiam Abbas, en el papel de Salma, una viuda palestina que trabaja su campo de limoneros y linda, nada más y nada menos, con una residencia del ministro de defensa israelí. Otra joya. Tratada sin estridencias deja a las claras como puede ser una relación entre vecinos, con tantos muertos a sus espaldas que parece imposible la convivencia.
En uno y otro caso se han escogido esos productos cítricos, como una clara analogía de lo agridulce que resultan las relaciones humanas. Aquí se les ha llevado a su máxima expresión puesto que más allá de la guerra pocas circunstancias habrá de lo absurdo e injustificado que significa el enfrentamiento armado.



  

Cada día sueño con una entrega de armas a nivel mundial, es una utopía, lo se, pero pobre de nosotros si no tuviésemos sueños de este calibre, si no fuésemos capaces de ser cada día menos hostiles, menos arrogantes, más comprensivos con las dificultades de nuestro vecino. Puede que sea, que yo —al igual que Ivo— también luzco barba blanca y me gustan las mandarinas. En cualquier caso, dos buenas película, si señor.

6 comentarios:

  1. Es que cuando las películas tienen ese fundamento que toca el corazón,
    dejan en nosotros una huella imborrable.

    Un gran abrazo

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  2. Hola Marisa: gracias por pasar y dejar tu comentario. La huella es imborrable, claro que si, no puede ser de otra manera.- Un abrazo

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  3. Hola Arruillo, el sueño mío y de la mayoría de los mortales sería una entrega de armamento a nivel mundial, pero eso es una quimera, los fabricantes de armamento nunca estarán dispuestos a renunciar un bocado tan suculento de un negocio que les deja muchos $. Intentaré ver las películas de las que nos has puesto el traíler .
    Un abrazo.

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  4. Hay que seguir soñando, Conchi. Tantas y tantas cosas parecían imposible de conseguir y sin embargo el tiempo las puso en su sitio, no pierdo la esperanza.- Gracias por dejar tu comentario.- Un abrazo

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  5. Este planeta no ha conocido ni tres segundos de paz.

    Abrazos

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  6. Lamentable ¿verdad Vero?, por eso es importante que películas como estas nos sigan haciendo ver que no hay que quedarse dormidos, que en el fondo somos seres humanos, que hay que seguir batallando por la regeneración de la palabra humanidad.- Besos

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