martes, 2 de junio de 2015

Será el fragor del arroyo


Será el fragor del arroyo
o la liviana caída del otoño,
el inevitable
ataque hertziano,
o el último recodo de la calle.
                                               El azul
que baña el cristalino,
los muros ignotos que susurran
larga epifanía de noches,
el perfume adosado al pecho
o la vibrante transparencia.
El dominio,
cuerpos de goma, gigantes
de pie de barro. Laurel
sobre emanaciones de jazmines.
El filo de una mirada
que provoca borbotones de leucocitos,
accidentes gramaticales.
                                      No sé.
Y no sé
en que manantial bebió
aquel señor —untado de pez—
de las inmaculadas sombras.
Quiero olvidar la lluvia de volcanes,
tempestad de muslos,
tormenta de labios,
sed de ojos cautivos.
Sacaré el hollín de los poros
de mi piel
y dejaré que las estrellas
jueguen con mi desnudez.

8 comentarios:

  1. Bellisimos versos amigo JR.

    La lluvia tormenta mojando la piel cubriendo los ojos del alma y los arroyos..

    Un beso.

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  2. Bonito poema José, de nuestra tierra.

    Saludos

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  3. Hola María: me alegro que te guste el poema. En cierto sentido guarda similitud con los tuyos, el fondo es el mismo, aunque con otro estilo, claro.
    Besos

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  4. Hola Lou: me alegra mucho saber de tí y por supuesto que te haya gustado el poema. La tierra siempre presente, como no.- Un abrazo

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  5. Y dejaré que las estrellas
    jueguen con mi desnudez.

    Precioso tu poema Arruillo.
    Un abrazo y feliz domingo.

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  6. Gracias, Conchi,por pasar y dejar tu comentario.- Un abrazo

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  7. El agua horada con paciencia la roca más dura. He disfrutado del poema. Te veo libre de hollín bajo las estrellas. Un abrazo.

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  8. Hola María José: gracias por la visita. En efecto, me sacudí todo el hollín que llevaba encima.- Un abrazo

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