jueves, 7 de mayo de 2009

Oscuridad repetida



59 ¡Sí Don José! ¡Lo que usted diga Don José!, ahora mismo pongo el poema y perdone usted el descuido, tenía que haber salido ayer, pero no pudo ser por circunstancias…



OSCURIDAD REPETIDA

Oscuridad repetida por la
ausencia
que transborda de galaxia.
Lujosos libros forman un muro
donde generaciones carcomidas
clavan sus uñas.
Desesperación
por míseros granos de arena,
cuerpos desnudos de maniquís
que dejan al descubierto
los vacíos interglaciares.
No es mi mundo.
Manzana primigenia reconvertida
en dulce compota
por el resorte de una muñeca.
Amor ¿dónde estás?. En que jaula
de metacrilato te destinaron
que no puedo tocarte.
Mi mano
no es tu mano. Lloro tras
poseerte, busco en mis bolsillos
agujereados
y sigo ahí. No me he movido
Veo la salida. La luz de
la salvación,
pero el lodo me está tragando,
se acabarán los granos de arena,
y quedaré pegado en el album
con el gesto descolorido

También se dice que somos conejillos de indias, que experimentan con nosotros los nuevos juguetes de guerra. Otra justificación injustificable. Cuarenta años en la misma empresa sin dejar de freír patatas, tiene que se algo más que alienante. Pobres árboles ¿qué culpa tendrán ellos de la invención de la cerilla?. Una sonrisa a tiempo bordeada por labios femeninos ¡que buena forma de iniciar una jornada de trabajo!

2 comentarios:

  1. (comentario compartido con el blog de Migue y el Fabuloso Trompetista Invisible)
    Querido Arruillo:
    muchas por el comentario. Quería decirte que, en el comentario que dejé sobre las editoriales, yo, obviamente estaba pensando en las editoriales pequeñas, esas que viven precisamente de sacar los manuscritos de gente desconocida que les llega. No pensaba en Planeta o Alfaguara, que son emporios que van sobre seguro, arriesgan mucho menos y además de la parte editorial controlan empresas de atún, productoras audiovisuales, cadenas de televisión, y un largo etcétera. Me refería a esas editoriales como Lengua de Trapo o Editorial 451 cuya existencia se debe a la publicación de manuscritos de gente desconocida que les llegan. Es decir, al hecho de que un tipo de Albacete escriba una novela con toda su alma, la mande por email o por correo y espere la respuesta del departamento de lectura. En esas editoriales, que pagan anticipos irrisorios y que se mueven en las tiradas de mil quinientos o dos mil ejemplares, y cuya media de venta son seiscientos ejemplares, es mucho más fácil, pero mucho más fácil de lo que uno piensa, publicar. ¿Por qué? Porque el nivel literario de los montones de manuscritos que llegan es realmente bajo. Te pongo un ejemplo, el departamento de lectura de Lengua de Trapo está compuesto por gente joven con muy buena cultura literaria. Es gente que ha leído mucho, la mayoría son filólogos, con post-grados, les gusta mucho, pero mucho la literatura, es decir, hacen su trabajo por vocación y no sólo por el dinero a fin de mes, entonces frustra muchísimo que de los doscientos libros que llegan en un mes a la editorial, casi la mitad, lo hayan escrito autores que de forma evidente sólo han leído a Zafón, o a Boris Izaguirre o, como mucho, a Pérez Reverte. Te hablo de Lengua de Trapo, que es una editorial particular, con una línea editorial más original, irreverente, donde tienen entrada libros o historias que en muchas otras editoriales más “conservadoras” ni siquiera considerarían su publicación. Imagínate si ese porcentaje no se duplica en Planeta o Alfaguara, que es donde todo el mundo manda su manuscrito después de haber escrito un libro como reacción a la lectura de “La sombra del viento”. Es triste, pero ese y no otro es el panorama. En fin. También hay que tener en cuenta que un editor (sigo hablando de las editoriales pequeñas) es un tipo al que le apasiona la literatura pero, a la vez, tiene que cuadrar las cuentas. De toda la cadena editorial, sólo el escritor va a seguir escribiendo pase lo que pase, publique o no publique. Ni el editor, ni el agente, ni el distribuidor, ni las demás rémoras, harán su trabajo si no es por dinero…
    …Respecto a lo de EÑE. Muchas veces (y esto no es por justificarlo) las antologías dejan bastante que desear. Los escritores profesionales suelen estar ocupados haciendo “bolos”, por lo tanto, si los de EÑE contactan a un tipo y le piden un relato sobre cine por trescientos euros, entre viajes, conferencias y tertulias de radio, escribirá algo para salir del paso. En mi caso concreto, los de EÑE me contactaron, no para pedirme un relato, sino para que yo se lo pidiera a Alessandro Baricco y tradujera lo que él me mandara. Hablé con la representante en España del señor Baricco, que estaba en un lugar desconocido de Italia, aislado, escribiendo su próxima novela. Yo le dije con sorna que bastaba que mirara en su disco duro. Luego me enteré que el número de EÑE iba sobre cine. Como yo tenía un par de relatos sobre cine ya escritor, y ante mi manifiesto fracaso a la hora de hacer que Baricco participara en EÑE, les ofrecí los dos relatos por si les gustaba alguno. Les gustó “Plano secuencia” y lo publicaron…
    …En cuanto a lo del sur, sí, estoy en Sevilla pero me voy mañana. Ha sido una visita muy relámpago. La próxima vez que me pase por aquí con tiempo te lo digo y nos vemos…
    …Un saludo…

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  2. No entiendo cómo no consigues publicar. Si yo escribiera tan bien… la mitad de bien que tú…
    aunque ahora mismo me conformaría con volver a escribir. Estoy completamente seca…
    Besitos… oye, estoy pensando en abrirme algo aquí… aunque cuando consiga volver a escribir.

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¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?