lunes, 6 de septiembre de 2010

El camino


202 Ahora me parece un buen momento para que me cuentes algo más de tu experiencia de peregrino, como quieras Alba ¿en qué quieres que me centre?, pues cuéntame de todo un poco, ya sabes que como nos pasemos de veinte líneas, esto no hay quien se lo trague, ¿eso de andar con carretas camino de Santiago, como es?, para la gente que llevamos en las venas el tintineo de las campanillas, el crujir de las ruedas en su constante avance, el cabeceo de la mula tirando sin parar…una retrospectiva a la niñez, donde los obstáculos no existían, ¡ya! ¿y para el resto del personal?, había de todo Alba, hay quien se embarca en estas aventuras por fe, quien lo hace por deporte, quien se inscribe para entablar nuevas relaciones y quien se apunta a un bombardeo, ¿dónde y cómo dormíais tanta gente?, ya te digo de paso que la organización ha sido perfecta, para conseguir que todo un ejercito de personas, animales, carros e intendencia se moviesen cada día, no es nada fácil, lo digo porque algo entiendo de esto, ¡ya!, lo de dormir, te explico: llegábamos a los polideportivos y cada cual buscaba el mejor rincón que podía para extender su saco de dormir, los veinticinco kilómetros de media por jornada, no daban para muchos miramientos, nos duchábamos, cenábamos y a dormirse sin tener en cuenta la intensidad de los ronquidos, a la mañana siguiente como nuevos, ¿al llegar a los pueblos no se asustaban?, están acostumbrados, no obstante aquello era espectacular, nos recibían con música de muñeiras, con bailes regionales, con voltear de campanas y hasta con cohetes, en ese momento…se acababa cansancio y todavía restaba algo de fuerza para marcarse un baile, ¡qué movida!, es para vivirla Alba, no me cabe la menor duda, me alegro por ti, que te veo con un brillo en los ojos algo especial y vámonos ya, que al final nos van a llamar la atención

1 comentario:

  1. Cuánta satisfacción sienten los fieles por aquel trabajo. Es la primera vez que visito este blog, me gusta. Un saludo grande.
    Mariano

    ResponderEliminar

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?