martes, 30 de junio de 2009

Literatura de altos vuelos


82 A ver, Gon ¿qué me quieres decir de Borges?, pues que ya terminé de leer “El Aleph”, ¿y qué te ha parecido?, más o menos lo mismo que te anticipé en su día, tan sólo que al menos me he enterado qué significaba ese nombre tan raro, es que estamos ante un libro profundo, demasiado para ser un libro de relatos, Alba, a mi me ha dejado un poco traspuesto, ¿por qué?, porque no sé si soy un ignorante, si no he leído suficiente, o si me hace falta mayor motivación para este tipo de lectura, no te preocupes Gon, yo también tuve esas sensaciones, pero déjalo reposar, ya verás como cuando haga poso, lo verás más claro, siendo así, esperaré, y mientras tanto te puedes leer “El árbol de la ciencia” de Baroja, ya verás como el cuerpo te entra en caja de nuevo, ¿por qué?, porque es un lectura reconfortante, lineal, con su carga de filosofía, pero de otra manera, pero ahora que lo pienso ¿qué haces tú dándome consejos de narrativa?, no se supone que tu especialidad es la poesía, ¡ya ves!, por una vez y sin que sirva de precedente, se han cambiado los papeles, pues estamos apañados, mejor será que hablemos de vacaciones, eso si que lo tengo más crudo Gon, ¿qué te pasa, te han quitado algún día o te ha afectado la crisis?, no es eso, los días siguen siendo los de siempre y la crisis también me afecta, pero no tanto como para privarme de unos días de asueto, lo malo es que no tengo preparado el viaje, eso es lo de menos Alba, menos problemas tendré yo, que me voy a quedar en casa refrescándome con un abanico, ¿la crisis?, no Alba, la parienta, que dice que es lo que hay, ¡la parienta!, si es así, no tenemos más que hablar, ¿por cierto como van los incendios?, ¡Uff, de eso no me digas nada que hace un calor!, está bien, lo dejaremos para otro momento, ahora vámonos al curro que ya va siendo hora.


1 comentario:

  1. Bueno, aunque sea llevar un poco la contraria, no llamaría reconfortante a la lectura de El árbol de la ciencia. Es uno de los libros que me marcó la vida real y la literaria, pero aún tengo la herida por dentro que me dejó su lectura.
    Diametralmente opuesta a El Aleph, pero igual de maravillosas ambas para mí.
    Un saludo.

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