domingo, 13 de septiembre de 2009

La Virgen de las Nieves (y 4)


101 Gon, por favor cuelga ya el desenlace del relato, que nos tienes a todos en ascuas, sobre todo a Aires de crisol e Izaskum, que están que se comen la uñas, ¿malo yo?, malo el que no quiero nombrar, que nos está haciendo trabajar en domingo para recuperar el día de fiesta de la empresa por lo de los cien post, ¡calla, calla!, de eso ya hablaremos en otro momento, ahora termina la tarea...


LA VIRGEN DE LAS NIEVES (y 4)

.../...Viene de La Virgen de las Nieves (3)

La luz blanquecina del fondo de la cueva parecía desplazarse en medio de la oscuridad, y la voz angelical también pareció cambiar de tono, ahora se escuchaba como más recia, más varonil. El haz de luz se dividió y todos los allí presentes se dieron cuenta de que se iba aproximando hacia ellos . “¿Nieves?” – dijo El Jefe -. Hubo una respuesta que no se sabía bien que decía, a la que siguió otra hasta que se pudo percibir un claro “¿Hay alguien ahí?” Las luciérnagas se convirtieron en focos y en un momento los cinco amigos se vieron envueltos en unas cálidas mantas y en unas cuantas personas de uniforme que les preguntaban una y otra vez si se encontraban bien, si estaban todos conscientes, si había algún herido, si podían caminar. La cueva se convirtió en un disparatado ajetreo que en nada se parecía a la paz reinante unos minutos antes; hasta conseguir organizar la comitiva, el comandante tuvo que emplearse a fondo, pero al final lo consiguió y una vez comprobado que todo el mundo podía andar, dio la orden de partida y comenzó el desfile. A los cinco amigos los dejaron en el centro de la comitiva y una vez llegaron a los vehículos todo terreno que los transportarían hasta el pueblo, y antes de subir, miraron a la sierra, se cruzaron una mirada cómplice y fue Justo – la voz más potente de todas – quien se despojó de la manta, alzó los brazos al cielo y gritó con todas sus fuerzas: “¡Gracias, Virgen de las Nieves!” Unos finos copos habían comenzado a caer y las primeras luces del alba se habrían paso como podían aquel lunes tan especial para todos ellos.



1 comentario:

  1. El relato haría las delicias de mis amigos palmeros (de La Palma) que son fielísimos devotos de la Virgen de las Nieves.
    Un beso.

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¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?