116 Ayer me dijo el jefe, en el día de Santa Eduvigis que no se te olvide colgar el poema número cuatro de “Reencuentro en azul”, y yo me dije: Alba no lo pienses, y no lo pensé…
Tan
sólo hace tres poemas
que reavivé
el rescoldo de aquel fuego
y he tenido que abrir la ventana
sediento de aire.
El griterío
y un sin fin
de tubos de escape
engulleron la lluvia,
como esponjas de desorbitados POROS.
Por jardines y plazas públicas
precursores pétalos
rompen la monocromía
del verde,
y los receptores de radio
multiplican los minutos dedicados
al folklore en compás de tres por cuatro.
Mientras tanto
sigo inmerso
en los tentáculos
inflexibles de
Tan sólo me deja libre
un brazo para escribir
y una ténue iluminaria
en algún lóbulo perdido
de mi cerebro.
Se agolpan las IDEAS
en desesperada lucha
con multitud de lecciones
a medio digerir.
Cada frase
cada palabra
ha de pasar
por el tamiz, antigua ventanilla,
para que algún amigo
atentamente
le estampe el sello del VºBº
¿Y esto será poesía?
¿estas caprichosas líneas
formaran versos?.
Al final de la tarde
dudo...
Si estaré degustando cada instante
la finura de un rubio licor
o la amargura de un desconocido veneno.
Poetas
y poesía
pululan por mi alrededor
como gráciles mariposas
llamativas e inquietas.
¡MUSA! . Acude en mi ayuda
y sácame de este abismo
donde
no se si me hallo.
Poesía, si es que existe...
ResponderEliminarPoesía de ideas, sin musa.