viernes, 30 de octubre de 2009

Contenedores (2)


122 ¿Y bien Gon nos traes algo?, la segunda parte de “Contenedores”, ¡ah! pues vamos a ello...

CONTENEDORES (2)

.../...Viene de Contenedores (1)

Una vida muy aburrida para un personaje de novela como él, por eso el destino le tenía preparada una sorpresa: cierto día en que le dio un apretón en un lugar menos frecuentado por él, hizo lo de costumbre, se dirigió a los contenedores, levantó la tapa de cada uno de ellos y en el que le pareció más adecuado se metió con la misma naturalidad que solía hacerlo a diario, aunque en esta ocasión ya había notado que en aquel habitáculo de plástico pasaba algo raro, pero como iba a lo que iba, se desabrochó el cinturón, se bajó los pantalones y cuando se disponía a agacharse para hacer sus necesidades, escuchó un ligero susurro: “Espera un momento Marué, ¿qué vas a hacer?” Marué se levantó los pantalones, se dio con las greñas en la tapa del contenedor y no podía creer que estuviera acompañado, ¿quién era ese tío que estaba dentro del basurero, si eso era patrimonio suyo? Lo miró de arriba abajo sin decir palabra, se sentó en un rincón y le dijo: ¿Tienes un cigarro?”Claro que tenía un cigarro, precisamente se ocultaba en el interior del contenedor porque estaba hasta las narices de que todo el mundo estuviese detrás de él recordándole lo malo que es fumar en el trabajo, en su casa, en la calle, es que no se podía fumar uno un cigarro a gusto, sin tener la presión de los demás encima de los hombros; no sentaba tan mal la nicotina como las miradas que le lanzaban unos y otros; él de por si que era tímido. No le había quedado más remedio que refugiarse en el contenedor, donde seguro que no molestaba a nadie ni nadie le llamaría la atención. Marué estaba alucinando con las cosas que le contaba su compañero, que hablaba por los codos pero que tenía cierta gracia al contarlo, y lo curioso es que a pesar del sitio donde estaban metidos, aquel hombre olía bien, no como él que entre lo poco que se lavaba y el oficio que se traía entre manos, andaba siempre rodeado de un tufo característico de su especie. Ni siquiera se había dado cuenta, que en el momento de aparecer entre las bolsas y los cartones le había llamado por su nombre como si lo conociese de toda la vida. El hombre le dijo que tenía alguna prisa, pero que no dejase de venir al día siguiente, porque le interesaba mucho seguir hablando con él, y además le prometió algunos euros de los de verdad, sin que tuviera que ponerse a trabajar ni nada de eso; sólo quería hablar con él.

El hombre se fue, asomándose poco a poco para no ser descubierto en su salida del artilugio urbano, y Marué sin darle demasiada importancia a lo que le había ocurrido, volvió a desabrocharse el cinturón, que en realidad era por lo que estaba allí; pero antes de que pudiera agacharse, oyó pasos cerca del contenedor y se contuvo un instante. Se ocultó detrás de un cartón y esperó acontecimientos. La tapa-puerta fue descubriéndose lentamente y sin ver bien que ocurría, si se pudo dar cuenta de que alguien estaba entrando en el recinto. Buscó un resquicio por donde mirar y se encontró de buenas a primeras con el muslo de una gachí como las que veía en las revistas de las puertas de atrás de los quioscos. Quiso cerrar los ojos pero estos se negaron a obedecerle, por el contrario sus menudos dedos fueron proporcionándole un mayor ángulo de visión de aquel espectáculo a todas luces inesperado. La joven comenzó a quitarse ropa como si estuviese en el hall de su casa y al Marué cada vez era más difícil controlar sus impulsos. En su puñetera vida había estado tan cerca de una cosa tan apetitosa como aquella. Es que no tenía más que alargar un poco la mano y ya podía tocarla. Cuando ésta se encontraba tan sólo con las bragas y el sujetador como únicas prendas sobre su cuerpo, a los oídos del Marué le llegó una canción: “Venga muchachote, sal de ahí que te estoy esperando”. De un manotazo mandó a hacer puñetas el cartón que le ocultaba y se abalanzó sobre Luci como un león en celo. “Tranquilo muchacho, despacito que no tenemos prisa”. Marué era sordomudo provisional, sus tentáculos tocaban todo lo que podían y con los labios enrojecidos pretendió dar un repaso generalizado por toda la anatomía de la muchacha. Luci lo desnudó con gran habilidad, le clavó sus dedos en aquellas nalgas oscuras y lo apretó contra su cuerpo provocándole un estado de catarsis que dejó a Marué boca arriba pero entero. Luci maniobró adecuadamente, acomodó su cintura el movimiento convulsivo de Marué y lo fue domando poco a poco. Ella no tenía claro si terminaría impregnada del mismo color que el muchacho porque ambos sudaban como si estuviesen en una sauna, cerró los ojos y se dedicó a disfrutar del momento, hasta que aquel pedazo de carbón expelió un alarido que hizo tamborilear la tapa-puerta. Mientras él recuperaba el aliento, ella se fue vistiendo y acicalando, abrió su bolso, le puso en la mano unos cuantos cigarrillos y antes de que dijese nada, besó sus labios. “Mañana te espero a la misma hora, no me faltes” y como quien no quiere la cosa abrió la puerta, miró a un lado y a otro y saltó al exterior. Marué estaba en ese momento que no sabía si pellizcarse, pegarse dos bofetadas en cada moflete o irse para la unidad de psiquiatría del tirón. Pasó una hora arrinconado, fumando sin parar, desnudo como dos días después de venir al mundo, y tratando de interiorizar lo que pasaba en ese contenedor del que no quería salir por nada que le ofreciesen.

.../...Continúa en Contenedores (y 3)


4 comentarios:

  1. ¿Ven?,ahora por lo menos puedo ir corriendo a descubrir qué ocurre en ese contenedor mágico.
    Más besos.

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  2. Fantástico relato Arruillo, me ha encantado la magia de los personajes al compartir un momento tan inverosímil como extraordinario.
    Saludos,
    Reference.

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  3. Esto va bien, amigo. Abrazos...y voy raudo pra el #3.

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  4. Vaya imaginación!! quién diría que se puede vivir una aventura en un contenedor!! en el 1ª creí que se trataba de indigentes revolviendo desperdicios!! jajaj ya veremos el 3ª

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¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?