5 La sorpresa de la jornada nos llegó en el día de ayer por parte de una buble excepcional, Jelens, amiga del jefe, que nos concedió no uno, sino dos premios por la labor que realizamos en esa otra casa, de la que ahora se está ocupando Gon. Esto anima ¡ya me dirán! Por otra parte, tengo que adelantar algo sobre el trabajo poético que estamos elaborando y que a mí tocó dirigir, como en otras ocasiones. Aún no está terminado, pero ya se le ve la punta, por eso me gusta hablar de ello: perfilamos unos treinta poemas, dedicados a la Vall de Boí, en recuerdo de esas vacaciones a las que fuimos invitados por el jefe y que tan bien nos lo pasamos; escrito en rima libre, presenta también algunos sonetos para no olvidarse nunca de las fuentes. Y de momento es todo cuanto puedo decir, no sea que al final me lleve alguna bronca.
Gon está leyendo un libro de Noah Gordon, “El médico” y me dice que, no entiendo como puede el narrador cambiar el tono de relato de repente, ¿qué quieres decir Gon?, pues que refiriéndose a los progenitores del protagonista –que es un niño-, habla de padre y madre y de repente comienza a ponernos papá y mamá, ¿y dónde está el problema?, pues que da la sensación de que hay un cambio de narrador, de que nos habla el protagonista o alguno de sus hermanos, ¿y no crees que puede tratarse de una forma de hablar más tierna, más intima como de penetrar en la piel del niño?, si es así aún no lo he descubierto, pero lo cierto es que en una primera instancia, despista, espérate un poco en el desarrollo de los acontecimientos, a ver que pasa, en eso estoy Alba, es eso estoy.
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