3 ¿Tú crees que vamos a poder con tanta tarea? -me comentaba Gon algo sofocado-, querido compañero, siempre hemos salido de los distintos embolados con los que hemos ido tropezando, así que porqué no vamos a salir de éste –le dije para tranquilizarlo, aunque en el fondo yo veía el presente inmediato algo negro-, ayer sin ir más lejos me encarga que me dé una vuelta por Bublelandia que hace tiempo que la tenemos olvidada –continuó Gon-, y eso no es todo –añadí yo-, sé de buena tinta que está negociando con Boomerang, pues tendrá que aumentar la plantilla –respondió Gon-, eso es lo que yo le he dicho, pero me contesta que somos fuertes y que ya veremos como podemos con eso y más que nos echen, ¡ya! Pero no se trata de trabajo, se trata de que el día tiene las horas que tiene, no se puede ampliar más.
Mientras tanto, la casa sigue revuelta , trato de aclararme con las etiquetas y con ese maldito contador que no consigue registrar bien todo lo que pasa, y ya sabemos por experiencia lo importante que es eso de las visitas. ¡Ahí radica el éxito de la empresa!, me parece oír al jefe con esa cantinela. Comprendo a Gon, pero al fin y al cabo con los bubles nos llevamos bien y por ese rincón secreto, que más bien parece una casa de fantasma como es el megustaescribir, tampoco es necesario grandes esfuerzos, lo malo está en esta nueva vivienda donde aún no sabemos si seremos bien acogidos y en esa otra que nos quiere meter el jefe en la que hay que colaborar de una manera mucho más exigente, así que querido Gon, paciencia porque esto no ha hecho más que comenzar.
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¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?